Probablemente ya han oído sobre el reto de no consumir nada durante un año.
Este año no puedo decir que no he comprado cosas que no necesito, pero definitivamente ha sido mucho menor que el año pasado.
Como mujer no puedo dejar de ver zapatos, ropa, maquillaje, y artículos femeninos que flirtean con una sin más.
Tengo que admitir que cuando empecé a trabajar (mi primer trabajo de empleada y no practicante) mi plan era comprar una prenda (ropa, zapatos, pashiminas, cartera, etc.) a la quincena... Se imaginan... Yo esperaba la quincena para poder hacer mi armario cada vez más grande y sentirme como Carrie Bradshaw de Sex and the City al momento de abrir mi closet.
Mi plan era llenarme de ropa bonita y un montón de zapatos.
Y ese realmente fue mi plan, pasaba tiempo haciendo Windows shopping mientras esperaba la quincena para comprarme mi nueva adquisición y ponerla en el armario.
Pero para mí fortuna siempre he tenido la costumbre del ahorro. Desde muy chica siempre me he acostumbrado a ahorrar y esta vez lo hice basándome en lo que antes ganaba.
Claro no hay comparación. Antes era practicante y me daban 3 mil pesos al mes. Pensé... si antes podía con eso... creo que puedo ahorrar la mitad de mi quincena sin problemas... sin saber exactamente para que ahorraba lo demás... pero bueno siempre es bueno tener un colchón por cualquier cosa... y así lo hice.
No tocaría mis ahorros así quisiera un vestido para mi cumpleaños, el nuevo labial rojo cereza (para mi colección de labiales rojos de diferentes tonos), ni aúnque deseara la nueva cartera a la moda. Creí que sería sencillo aun así poder comprar ropa y hacer pagos con lo que no era parte del ahorro.
Al principio sí... un poco más medida pero sí. Pero poco a poco fueron apareciendo gastos que tenía que hacer, cosas que necesitaba comprar, deberes que tenía que pagar. Me empezaba a sobrar poco dinero para comprar ropa, no me alcanzaba lo que yo quería y entre me esperaba para acumularlo con lo de la siguiente quincena me salían cosas como ir a una fiesta, salir a Monterrey, cena con amigas, etc.
Viendo mis gastos tenía que escoger entre un café con mis amigas, ir a cenar, pagar el cover de un club o ahorrar para comprarme un vestido... que hubiera usado en un club... Pero ahí empezaba mi balanza por qué cosas comprar. No se compara lo que cuesta un café con unos zapatos nuevos. Decidí seguir manteniendo mi vida social que comprar cosas.
Poco a poco dejé de entrar a tiendas de ropa, no iba tanto a los mall. Me decía a mí misma "¿Para qué vas si no vas a comprar nada? solo vas a sufrir al querer cosas" (Llamenme materialista, pero una ve los aparadores y llora por dentro al querer todo). Así que decidí dejar de entrar. Compraba pero menos. Podía comprar algo cada dos meses, y entonces empecé a meterme al mundo de lo saludable. Quise cambiar mi alimentación.
Antes cenaba lo que comían en mi casa, desayunaba galletas, etc. Pero una vez que empecé a comer sano, empecé a comprar mi despensa. Frutas y verduras, yogurt griego, frutos secos... Las cosas orgánicas y ciertos productos saludables, vaya que son caros. Compro despensa una vez a la semana pero eso disminuyo mi capacidad de compra de cosas innecesarias drásticamente.
Me acostumbré a no entrar a las tiendas de ropa, no veía zapatos, no necesitaba maquillaje... y me di cuenta que realmente no lo he necesitado. No me ha faltado nada y me siento muy bien. No recuerdo que fue lo último que compre. En cosas materiales no necesito más y de hecho me sobra bastante.
El siguiente año quiero hacer el reto de no comprar nada de ropa ni zapatos. Quiero arreglar unas sandalias, y tal vez necesite otro par de tenis para hacer ejercicio. Sobre maquillaje no necesito nada más que un enchinador de pestañas el cual casi nunca uso entonces lo meteré a juicio.
Como ven no soy una persona que viva con lo básico... no hablo de capsulas de ropa y estar solo con cierta cantidad de ropa. A lo que voy es que realmente no necesitamos mucho de lo que tenemos y mi propuesta para el siguiente año es solo comprar si lo veo necesario.
Quiero deshacerme de algunas cosas en mi casa, y cada vez que una cosa se va te sientes ligeramente mas liviano.
Por cierto recordé cuál fue mi última compra: un labial vino con matices morados.